miércoles, 17 de marzo de 2010

AZARES DUBLINESCOS


En mi librería habitual tenía encargada la última novela de Enrique Vila-Matas, Dublinesca, el lunes cuando llegué a casa me encontré con un mensaje en el que me avisaban de que ya la tenían y podía pasar a recogerla. Bueno, era una casualidad que yo unas horas antes hubiera pedido en clase que se prestara atención a la fiesta de San Patricio, patrón de Irlanda, a la cerveza, al color verde, etc. Ayer recogí el libro y comenzé por la noche su lectura: está protagonizado por un editor que hace dos años abandonó la bebida, en la página 23 habla del pub Coxwold, en la 27 de la catedral de Dublín, que se llama Saint Patrick, en las siguientes aparece la lluvia y sus efectos, lo mismo en Barcelona que en Londres, en la página 58 menciona la Tate Modern de Londres. Y ahí dejé de leer, me venció el sueño, pero al tiempo recordé que por la mañana había leído que el valenciano Vicente Todolí dejaba de dirigir esa galería londinense.
Esta mañana, al salir de casa, el portero me sugiere que me dé una vuelta por los trasteros del sótano, los rigores invernales han provocado muchas goteras y hay que revisarlos porque se va a reclamar al constructor, no hace ni un año que se hicieron. Compro el periódico, leo por encima y me detengo en una foto de la página 16, del suplemento de Madrid, es Ray Loriga, un escritor con el que he compartido más de una cerveza, (él presumía hace unos años, no sé ahora, de ser el escritor más cervecero del país y yo, por lo que sé, no le quito el título). Pero, ¿por qué está en el periódico? Hoy, mientras escribo estas líneas, charlará con Enrique Vila-Matas sobre Dublinesca, en la Biblioteca Histórica Valdecilla.
¿Azar?


02:00 Post Scriptum. Sigo disfrutando con Dublinesca. Me acuerdo de esta entrada y de la conversación en que no he estado presente. Me la cuentan en El País.

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